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Pies planos, diagnóstico a partir de los tres años

Puede desarrollarse en la etapa infantil o edad adulta, las plantillas de diferentes tipos son el tratamiento en el caso de que así lo requiera

El pie plano es una afección que se manifiesta con diversos signos pero todos comparten uno en común: el aplanamiento del arco plantar. Es una patología que puede aparecer desde una edad temprana o ser adquirida  con el paso del tiempo. Es bastante frecuente, ya que estudios recientes indican que un 25% de la población la sufre y, de éstos, un 75% son mujeres. En este punto señalar que cada vez se controlan más los pies desde edad temprana en los colegios, pero aún falta algo más de conciencia en los adultos ya que dejan esta patología sin tratar.

Podemos decir que existen diferentes tipos de pies planos que conllevan distintas consecuencias en las personas que los padecen. Por un lado, está el flexible  que puede presentarse sin que existan alteraciones de importancia y es asintomático. Por otro, se encuentra el rígido que se debe a deformaciones congénitas o adquiridas que requieren ser evaluadas en un estadio temprano para evitar una alteración gradual de la marcha. Suele ser doloroso y puede ir acompañado de acortamiento del tendón de Aquiles. Por último, está el pie plano adquirido, que se desarrolla con la edad, en la mayoría de las ocasiones se debe a un mal funcionamiento del musculo tibial posterior.

Cuando se trata de un niño, sufre un pie plano fisiológico que se alarga hasta que el pie se desarrolla, suele ser hasta los siete u ocho años. Una vez superada esta etapa, se normaliza correctamente. Es cierto que siempre que hablamos del pie plano, los padres nos hacen la misma pregunta, “¿cuándo se tiene que pensar en ir al podólogo?”. La respuesta en simple: deberíamos acudir al especialista una vez el niño haya alcanzado una marcha estable, alrededor de los tres años, a partir de ahí es cuando la alteración se hace más evidente. Por lo tanto, a la menor sospecha  de que nuestro niño no camina bien o que sufre algún tipo de dolor.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnostico del pie plano se basa en los signos y síntomas,  se realiza una exploración física del paciente, en donde nos fijamos en la movilidad articular del pie, valoramos su  pisada mediante la plataforma de presiones digitalizada y le vemos caminar. Con toda esa información ya podemos diagnosticar.

La mayoría de los padres cuando traen sus niños, refieren que “anda raro, se tropieza con facilidad”. Cabe matizar, que los progenitores suelen comparar a su hijo con el resto de compañeros o amigos de su misma edad por eso es importante traerlo al especialista. En la mayoría de estos casos no tiene por qué haber nada patológico, simplemente  algunos niños tienen quizás un desarrollo motor más lento. Tanto en los pequeños como adultos –que suelen avenir a consulta porque perciben que cada vez pisan peor- se realizan plantillas correctoras o en los casos más graves plantillas acomodativas con el fin de controlar  y estabilizar el pie.

Remarcar que el pie plano no necesita de un tratamiento específico si no está causando dolor o problemas al caminar. En los casos que cursan con dolores, el objetivo del tratamiento es restaurar la función normal del pie, se iniciará el tratamiento mediante dispositivos ortopédicos como plantillas, férulas, no tanto para eliminar el pie plano, sino para facilitar la marcha e impedir los dolores. Además se pautarán ejercicios de fortalecimiento de los músculos con el objetivo de hacer una rehabilitación postural. Apuntar, por último, que los tratamientos del pie plano son siempre a largo plazo y se requiere ser constante.